¿Que es MINDFUL EATING?

El mindful eating es una práctica y un concepto dentro la nutrición bastante reciente, simple, eficaz, al alcance de todos y sin riesgos.

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No se trata de un régimen, ni una nueva dieta de moda. Se trata de comer de forma consciente.

No se trata tanto de qué comer, sino de cómo comer.

Enseña y entrena algunas prácticas Mindfulness creadas para estar en atención plena mientras comemos, antes y al terminar de alimentarnos.

Aprender a practicar la atención plena cuando nos sentamos a comer, puede aportar beneficios como la auto regulación del peso, una vida más saludable y un disfrute pleno de los sabores de nuestra comida.

 

Muchas personas han perdido la capacidad natural de estar atentos a las señales de su propio cuerpo, acerca de cuándo necesitamos comer, cuánto, y cuando es el momento en que estamos suficientemente satisfeechos.

Muchas son las personas que viven en una mentalidad de dieta, en la que su alimentación está dirigida por pautas externas, y pierden la confianza en su capacidad de auto regulación.

Muchas otras, camuflan emociones aflictivas con comida, anestesian el estrés, la angustia, los sentimientos de soledad, con una forma de alimentarse mecánica, que trae más sufrimiento.

¿Dónde estaba Alicia, mientras cenaba?

Alicia, ha tenido un día tenso, discutió con una compañera de trabajo, y tuvo que soportar los reclamos de varios clientes, algunos de los cuales se mostraron francamente hostiles.

Al llegar a la casa, lo único que quería era encontrar alivio a toda esa tensión.

Prendió la tele mientras cocinaba algo, y comenzó picotear galletitas, queso, y lo que encontró en la heladera.

Cuando estuvo lista la cena, se sentó frente a la tele con la fuente de comida en la mesa y una botella de gaseosa. Mientras zapeaba programas sin encontrar nada que realmente le gustara. comía un bocado detrás de otro, masticando apenas, sin ninguna consciencia de su cuerpo, sus emociones y la forma acelerada en que vaciaba su plato y lo volvía a llenar.

Cuando terminó de comer se encontraba vagamente insatisfecha, cierta opresión en el pecho, una sensación de desasosiego. Mientas revisaba el Facebook y contestaba email, fue mecánicamente al cajón donde guardaba el chocolate que compró de camino a su casa.

Sin darse cuenta cómo, casi se acaba la tableta de chocolate.

Se va a la cama enojada consigo misma, en un diálogo interior de autoacusación, con sensación de tener el estómago demasiado lleno.

Alicia no estaba presente en el acto de comer.

¿Dónde estaba? Estaba distrayendo su mente y sus emociones, en un intento fallido de encontrar alivio.

Muchos de nosotros comemos a veces con la mente puesta en nuestros problemas, y mientras nos alimentamos, masticamos enojos, pensamientos repetitivos que no podemos sacar de la mente. Otra forma de no estar presentes en nuestra comida.

Otros comen midiendo obsesivamente calorías, privándose del placer de la comida, y tampoco están presentes en su cuerpo, mientras se alimentan.

Hay un gran descuido en la forma que nos alimentamos, y la moda del fast food, es un botón de muestra.

Bajar de peso, como una consecuencia de la auto regulación

Minndful eating no propone bajar de peso, sino ponernos en contacto con nuestro “ nutricionista interior”. La capacidad de reconocer las señales del cuerpo y las habilidades de hacer las pausas conscientes necesarias para darnos cuenta lo que nuestra mente, nuestro cuerpo y nuestro corazón están necesitando. Muchísimas veces, no es más comida lo que necesita nuestro cuerpo- mente agitado. Podemos aprender a responder a nuestras verdaderas necesidades si suspendemos el piloto automático.

Nuestro nutricionista interior, puede ayudarnos a que recuperar un peso más adecuado, sea una consecuencia natural de comer atentos.

Otra manera de vivir nuestra alimentación

En los talleres de Mindful eating nos entrenamos en prácticas cortas y sencillas, al alcance de todos, para hacer pausas y llevar la atención deliberadamente a las señales de nuestro cuerpo mientras comemos.

Entrenamos para generar nuevos hábitos.

He aquí algunas de las pautas :

  • Aprendemos a reconocer si tenemos hambre o no, y no comemos si no tenemos necesidad de comer. Aprendemos a diferencias el hambre celular, el hambre de nuestro estómago , de las sensaciones de estrés, ansiedad , angustia, etc
  • Aprendemos de los hallazgos de la investigación, y conscientemente vamos incorporando de a poco algunas pautas que nos ayudan.

Ha aquí algunos pequeños tips :

  1. Nos servimos porciones suficientes en platos chicos. No es lo mismo para nuestro cerebro percibir la misma porción en un plato grande. La porción suficiente es un cuarto menos de sentirnos llenos.
  2. Comemos siempre sentados en la mesa, haciendo una pausa de por lo menos 20 minutos para almorzar, es el tiempo que tarda nuestro cerebro en registrar la sensación de saciedad.
  3. Apreciamos colores diversos , perfumes, la belleza de los que comemos
  4. Comer lentamente, dejando el cubierto en reposo entre bocado y bocado
  5. Progresivamente ir dejando cualquier pantalla de lado mientras comemos
  6. Saboreamos la comida, notando los ingredientes, los sabores y texturas que se despliegan en la boca mientras masticamos, y al tragar. Totalmente presentes en el placer de la boca.
  7. Estimulamos todos los sentidos, apreciamos la belleza y los olores de cada plato.
  8. Aprendemos a observarnos sin juzgar.
  9. No hay alimentos prohibidos. De a poco vamos recuperando un placer responsable en el acto de alimentarnos.

Una comida muy feliz

Anoche nuestra amiga Mirna, reunió a un grupito de amigos y ofreció una cena que preparó personalmente.

Cuando llegamos sonaba la música típica que se canta y se baila en México, ya que la comida que nos ofrecía era una receta de ese país.

La mesa estaba servida con esmero y la belleza estaba presente en las flores, la luz del ambiente y los candelabros.

Cada plato que era servido venía con su explicación y pedido de la anfitriona para que detectáramos sabores e ingredientes.

Los homenajeados hicimos honores al trabajo de nuestra amiga, sintiendo los perfumes, colores, y sabores y dedicando tiempo para comentarlos.

El amigo que había traído el vino, explicó los motivos de su elección, con palabras coloridas que aludían a texturas y sensaciones en la boca de las que nos hizo tomar conciencia. Aprendí por ejemplo como un sabor “levanta la boca”! La conciencia de tantos matices transformó completamente la experiencia de tomar aquel líquido delicioso.

La conversación fluyó alegremente, todos los comensales estaban deseosos de compartir, conectar y aportar.

Cuando llegó el plato principal, cada uno decidió el tamaño de su porción, de acuerdo a sus necesidades. Festejamos aquellos sabores exóticos y dedicamos tiempo a paladear y descubrir ingredientes.

Cada uno decidió si repetía, y los que así lo hicieron comentaron sus motivos para repetir, incluso alguno se permitió un exceso a sabiendas que disfrutó completamente.

El momento del postre coronó aquella velada con una pequeña porción deliciosa.

La sobre mesa continuó el placer del encuentro hasta que ya comenzamos a estar cansados.

Nos despedimos dichosos, completamente satisfechos. Alimentamos nuestros corazones, nuestras mentes, nuestros cuerpos, con plenitud.

Ser consciente es un ingrediente de la felicidad.

 

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