Sólo 40 minutos por día bastan para disminuir las posibilidades de sufrir un infarto o ataque cerebral

Con sólo meditar en casa 20 minutos dos veces al día la persona logra proteger su salud cardiovascular. Más aún, si ya tiene problemas cardíacos, como arterias coronarias estrechas, puede reducir en 48% el riesgo de morir o de sufrir un infarto al corazón o un ataque cerebral. Así lo demuestra un estudio realizado en 201 voluntarios con problemas cardíacos, una edad promedio de 59 años y exceso de peso, cuyos resultados publicó la revista Circulation: Cardiovascular Quality and Outcomes.
La mitad fue asignado al azar a un grupo de meditación y el otro 50% a un grupo que recibió educación en estilos saludables de vida que incluían dieta y ejercicio. Quienes practicaron meditación obtuvieron los mejores resultados. Más aún, en la medida que los pacientes meditaron con más regularidad, la supervivencia fue mayor, afirman los investigadores que condujeron el estudio en el Medical College de Wisconsin. La iniciativa fue financiada por los Institutos Nacionales de Salud, de Estados Unidos.
«Durante la práctica de la meditación, los sujetos experimentan un estado único de relajación profunda conocida también como `alerta apacible`. Vivir esta experiencia en forma regular, parece restablecer los mecanismos de autoreparación del cuerpo», explica Robert Schneider, quien dirigió esta investigación.
«Éste y otros antecedentes que aparecen en nuestro trabajo respaldan el hecho de que los médicos recomienden un programa de meditación trascendental para los pacientes cardíacos e, incluso, para las personas sanas que quieren prevenir la aparición de problemas cardíacos», agrega este especialista
En Uruguay la mortalidad por enfermedades cardiovasculares representa 30% del total de defunciones, lo cual la convierte en la primera causa de muerte. No es habitual que a los pacientes que sufren de patologías cardíacas se les indique practicar meditación, informaron en la Comisión Honoraria de Salud Cardiovascular. Una excepción es el Hospital Británico, institución que incluye esta técnica dentro de un plan de educación para la salud, de 40 semanas. Dentro de ese programa hay un módulo de control del estrés (de ocho semanas, que también se ofrece de forma separada al igual que otro sobre hipertensión) en el que se trabaja con meditación, explica el cardiólogo Roberto Superchi, coordinador de la iniciativa. Diversos estudios científicos han probado beneficios de la meditación como prevención de recaídas en estados depresivos, mejora del sistema inmunológico y también en el manejo del estrés. «En el curso se explica cómo funciona el estrés a nivel biológico y en paralelo se van haciendo distintos ejercicios de meditación, que se les enseñan para que los practiquen», cuenta el especialista. Aclara que en estos talleres no se trabaja con líderes sino con ejercicios guías para que puedan después hacerlos regularmente.
La evaluación de quienes participan de este plan es más que satisfactoria. «Lo medimos mediante un test, el SL90, antes y después de formar parte del programa. Hemos venido teniendo resultados significativos. Los pacientes logran bajar intensidad y también molestias de sintomatología asociada al estrés», resume Superchi. *En base a El Mercurio/GDA.