¡Llegó el verano y podemos aprovechar los días de calor para tener momentos de presencia en el agua!
La práctica de Mindfulness, estar presente con la realidad tal cual es, se puede realizar de forma informal en la playa, la piscina o la ducha. Se trata de entregarse al disfrute y abrir los sentidos. ¡Todos al agua!
Flotando en presencia
Si tienes la posibilidad de estar unos minutos sobre un inflable flotando en el agua, ¡aprovecha esta oportunidad! Muchas veces encontramos difícil sentarnos a meditar porque la mente está muy agitada o sentimos que no hacer nada es perder el tiempo y encontramos muchas escusas para no practicar. Esta es la oportunidad de entregarte al descanso, conectar con la entrega, el dejar ir del cuerpo- mente, para estar unos minutos, si es posible con los ojos cerrados, sin hacer nada.
Observa que va ocurriendo con el cuerpo, las sensaciones de flotación, las partes que están en contacto con el agua y las que no. Relaja la boca, el entrecejo, los brazos, las piernas.
Nota la respiración; el movimiento suave de tu cuerpo y el inflable… las pequeñas corrientes que se generan.
Por supuesto que van a venir pensamientos sobre el futuro, el pasado, comentarios y juicios. La práctica consiste en darte cuenta y volver a los sentidos. Keep floating…
Caminar por la orilla de la playa
Si estas en la playa, puedes probar de caminar por la orilla sobre la arena y por un ratito entrar en modo contemplativo, no hablar ni distraerte con el celular, sentir los pies que tocan la arena y el agua, la temperatura, el momento de contacto con las olitas que llegan, la espuma.
Esta práctica tiene la ventaja de que estamos en movimiento y además hacemos ejercicio suave. Para los más deportistas también es posible correr sobre la orilla.
Sentir las gotitas de lluvia
Este verano no han faltado las lluvias.
Si hace calor y hay una llovizna suave puedes probar de sentir la lluvia en la cara por unos instantes. Sentir como caen las gotitas y sonreír al instante presente. Tomar contacto con el hecho de estar vivo/a, y ser uno con la naturaleza que te rodea.
Aprovecha este momento para abrirte a los aromas nuevos que surgen, el olor a tierra mojada, las flores que desprenden sus fragancias.
“La belleza viaja allá donde vayamos. Mora en nuestra mirada, esperando que abramos los ojos”
Manoa
Un baño en la ducha fresquita
¡Y no puede faltar la ducha en Mindfulness!
Que el baño pueda ser un momento para darnos una pausa, un mimo. Tal vez comprar un jabón especial con un aroma rico y aprovechar la nueva fragancia para cultivar la curiosidad, sentir como el jabón se desliza por la piel.
Es normal que la mente se vaya a cualquier lado, que entremos en el automático. No es que estemos haciendo mal la práctica, es así como funciona nuestra mente.